Era muy de madrugada en mi corazón
Las tuberías se rompìan al paso de mi tristeza
En el callejón de las ilusiones.
Mis pasos apuntaban al contrario de la sombra
Que dejaste de tu amor.
Me sentía ciego, invalidado, con la piel en jirones ,
Y con las manos extendidas requiriendo un arma que
Acabase con todo. Permanecì a pesar de mi, en el contagio de soledad
Y vacio, con mi espacio cada vez mas estrecho gobernado por la ausencia.
Era tarde para abrirte mi pecho y enseñarte sus marcas
Sus sùplicas, su derrota. Te disipaste en la luz, llevabas mi carne en una cesta.
Dònde la dejaste? A que animal alimentaste con ella? Ahora siento sus heridas
El olor de sus fauces en cada recuerdo.
Regrésame el tiempo que ya no te sirve,
Para tejer me una nueva piel y no implorar en carne viva.
Las rocas hablan de tu humedad
Y voy bebiendo una a una, mi boca se agrieta, se precipita ceniza a ceniza en cada una de
tus huellas difuminadas.
El alma es un desierto en tormenta, me sangran los ojos,
mis huesos se hacen cal y esta sed no me perdona,
por que ignorè el agua que eras al inicio?
Mis pasos apuntan al contrario de tu sombra, se agita la tierra, se abre
Y le pido que me devore, que lapide el dolor, pero es inútil, me encuentro asido al terror que
Finque en mi memoria , al transcurrir de los segundos, a tu imagen, a la sosobra.
El infierno sería glorioso con una sola oportunidad de vivir,
de aceptar una antorcha en vezdel sol;
renunciar al veneno en la punta de mi lengua, el que parò tu corazón
entre mis manos, y hoy llevas a un nuevo refugio.
Ya no se si oscurece mas o me he quedado sin sangre, el mundo me es extraño,
siento mercurio en las venas, cobre en el paladar, plomo en los ojos, la tierra huele a
azufre, y un arcoiris negro me invita a subir en el. Me deslizarè presipitadamente
en su tobogan frio para alejarme de tu sombra, la que dejaste en vez de amor.