Tras mi ventana, donde veo
el amanecer de cada día.
En ese nuevo amanecer, quisiera ser
sol para llenarte la vida de color.
Es un Dios que te bendice en salud
Te mando un ramillete de violetas
llenas de esencia femeninas.
Siempre el amor es un sínico ladrón
y se lleva consigo los sueños dorados.
Como verán ya no existe mi ventana,
solo a quedado un hueco de ella y por allí
se van los remordimientos .
Y por eso nunca pudre decirte
que no tiene sombras ni formas,
nos has dejado un dolor con tu
ausencia con el corazón de otoño.