kahlil

Es preciso despertar

Cada aliento, cada latido del corazón, cada instante, cada amanecer y cada atardecer son las notas que se han escrito en mi blanca partitura. He sido besado en la frente por los labios de la vida, he sido acariciado en el rostro por los suaves de dos de la existencia.

 

Un suspiro de Dios ha llenado mis pulmones y una serenata del coro de ángeles a puesto a danzar mi corazón a su compás. Cada día es una nueva oportunidad para agradecer la  posibilidad que se me ha dado de catar esta canción, de poder apreciar el sol, de abrir nuevamente mis ojos.

 

Es preciso despertar de la letanía del ensueño que cercena nuestra comprensión. Es preciso descubrir el secreto de la vida que encierra el corazón. Es preciso estar aquí y sentir la bendición que el regalo de la presencia ha traído para mí.

 

La posibilidad es hoy, ahora se está manifestando en mí y solo pide a cambio que el aire con el que bautiza cada uno de mis rincones sea apreciado y valorado como el más importante de los sucesos que va dando a mi existencia un sentido verdadero; que va conquistando mis días e izando la bandera de la paz en el mástil de mi corazón.

 

Es preciso despertar de la utopía del mañana y de la añoranza del ayer. Es preciso despertar de la hipnosis del tiempo que con sus exigentes demandas nos colma de ansiedad. Es preciso despertar de la trampa que el éxito ha tendido en el camino en su afán de atrapar cada sueño, de encarcelar cada anhelo.

 

El milagro que esperas que llegue a tu vida no ha dejado de suceder desde que el aire fue tu alimento, desde que la luz acarició tus pupilas y desde que la vida te abrazó para acunarte en su pecho. El milagro eres tú y ahora está sucediendo, justo ahora y siempre ahora. No esperes lo que ya ha llegado, no busques lo que ya tienes, no intentes encontrar lo que jamás has perdido, no quieras recibir aquello que te contiene.

 

Es preciso despertar, es preciso despertar…y bailar en ésta danza de infinitas posibilidades, y cantar esta melodía de innumerables estrofas. Si aún descansas en las fauces de la voraz incomprensión, ¡Despierta ya! Pues el mañana no está preparado para recibirte aún, más el pasado ya no quiere saber nada de ti.

 

Por Alejandro D. Gatti