Agarré el rejo mejor
y lo apreté con empeño
para así amarrar tu amor
al botalón de mi sueño.
(Alejandro J. Díaz Valero)
Ay corazón andariego
te ha llegado ya tu turno
ahora andas taciturno
callado y hasta ciego…
Por camino veraniego
vas padeciendo el calor
y se oye ya tu clamor
para atarte con premura
por eso en forma segura
agarré el rejo mejor.
Tu amor de pronto llegó
sin anunciar su llegada,
me dejó su huella marcada
de tanto que se afincó;
ahora me siento yo
de sus caricias el dueño,
le besé el rostro trigueño
al verla tan rozagante;
no lo pensé en el instante
y lo apreté con empeño.
Amores así como ese
son extraños en el llano
por eso me siento ufano
como ni nada existiese;
ya ni quisiera que cese
el tiempo de mi labor
y contemplarte mi flor
hasta tenerte rendida
y dedicarte mi vida
para así amarrar tu amor.
El botalón del corral
estaba esperando el lazo,
estiré todo mi brazo
para el enlace triunfal
y le dije al caporal
en un tono halagüeño
yo siempre me desempeño
de manera muy precisa
por eso ato su sonrisa
al botalón de mi sueño.
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