Eres obsesión de un pensamiento,
figura de mis ganas,
no existe perfección humana,
pero te acercas a la mía.
Busco en mis manos la aparición de un día,
como es común el insomnio
sueles aparecer en mis desvaríos de las cuatro
de la mañana, cuando la luna es dueña del cielo,
yo te pienso.
Sueles estar hasta las cinco de la mañana,
después caigo dormida, soñando sabrá Dios que,
más cuando despierto recuerdo a lo lejos
que te pensé.
Confieso que de las nueve de la mañana
en adelante, mis pensamientos suelen ser
de alguien más, alguna que otras veces
mis pensamientos se vuelven equidistantes,
paralelos y se juntan las ganas.
Soy tanto de la noche como del día,
pero no es más que solo eso, gusto,
obsesión de un pensamiento,
no sobrepasa eso.
A ver que día de estos sueles desaparecer
de mis desvaríos de las cuatro de la mañana
o tal vez alguno de estos días
duermo de corrido y despierte más tarde
y digo adiós al pensamiento de cuando
la luna es dueña del cielo,
y me vuelva más del día
y entonces olvide el desvelo.