Ahogado, buscando, encontré, otra vez nada...
Mirando, muriendo, recordando, olvidando...
Sentado, muerto y acabado...
Y, miro sobre el velo
de la noche
a siestas durmiendo,
entre las sábanas estrelladas;
palpito de un corazón desolado,
mirando caer aves
y papeles arrugados,
mirándote otra vez
me miras, me amas,
y en la inmensidad la distancia nos mata,
y, aquí el tiempo nos distancia...
Otra vez no encuentro nada,
cenizas
y palabras, otra vez el polvo,
atascando la sílaba
en los labios, el vacío
tilda nuestras entrañas...
Otra vez nada, y el vacío escribe silencio,
la mente en blanco,
y cada segundo pasando dejando llagas,
mi boca y tu boca besando a la nada,
ni de tácito sortilegio, ni de tácito encuentro,
sin faroles; ni luciérnagas,
Tú allí sobre el mar,
y, yo con mi garganta
ahogándome en el cielo,
a través de la nostalgia sin recuerdo,
y te sueño, y te amo,
y te pienso,
y allí tú mueres siendo palabras,
pintura y versos...
Y te siento,
tanto, como astros del universo,
aquí en la soledad,
aquí barriendo el polvo
de miradas calladas por la distancia...
Y de ser, y de morir, y vivir,
y tú cantando entre susurros
de un corazón naciendo para ti,
y de palpito muriendo sin ti,
y de flores y pétalos
la noche atrapa mis labios,
quebrando el horizonte,
y en tu mirada una lágrima,
es la lluvia que cae de mis ojos...