Tan constante y valiente,
tolerante y paciente,
viajas luchando y buscando
aquella mujer sonriente...
En sueños la viste,
alguna ves su voz llego a tu oído,
pero ella parece tan solo una sombra
que cuando tocarla quieres
simplemente se desvanece...
Ella solo es una sombra...
pero para ti es la luz de tus días,
un día te desespero su ausencia,
ambos se despidieron con lágrimas.
Y dolor de no tenerla
te hizo desear que nunca existiera,
te hiso desear olvidarla
y desaparecerla de tu vida.
Perdiste tu tiempo amándola,
lo perdiste adorandola
pero el tiempo no fue perdido
por que tu musa y poeta...
¡¡Por esa silueta de arena!!
Te amará una vida eterna
Alondra Adame Castañeda, todos los derechos reservados.