La noche arribaba y yo presentía
en la promesa de tus pies desnudos
La esencia sutil, los aromas rudos
que entre tu manta tu pie me ofrecía.
Y desafiando tus sueños sabía
que en tu pie amado, de dulce regazo,
mi amor abrevaba en un tibio abrazo
cuando bajo el manto el sueño vencía.
El mar derramado en quieta ribera
fue mi tibio beso a tus plantas dado,
cuando absorto sorbí un vino sublime
Dime: ¿Me amaste una noche siquiera?
¿Te estremecía mi amor desvelado
besando tus pies? ¡Dime, dime, dime…!