Nunca paro de andar hasta cuando sintio que sus pasos estaban solos. Regreso por el camino recorrido pero ya no encontro sus huellas. Ahora no sabia por donde empezar a construir sus sueños y sus esperanzas. Miro el cielo pero las nuves no le dejaban ver la claridad del dia. Busco entre sus bolsillos y encontro su foto guardada por mas de veintiseis años. La miro con la impaciencia del tiempo y no le hallo razon a este momento. Quiso llorar pero otros sentimientos lo amenazaban con taladrarle el alma. Grito su nombre queriendo encontrarla con el eco de su voz, pero a cambio, multiples voces de desesperanza retornaban con el viento y una lluvia de cristales de olvido terminaron por hundirlo en un sueño profundo. Alla estaba ella caminando sobre un rio de espumas con los brazos abiertos y su corazon lleno de ternura. No hubo espacio ni tiempo que detuvieran el encuentro. Los arboles florecieron espandiendo sus ramajes y el canto de la golondrina viajera se quedo en la otra orilla del rio cuidando de este encuentro de amor y de esperanza para que el amor nunca deje de vivir y nunca muera asi sea en los sueños.