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El sí de tus labios me había alegrado
porque me diste la oportunidad
y ahora contigo vivo la felicidad
y todo lo nuestro es prosperidad.
Es lo mejor que me ha pasado,
tu cariño y amor me lo has dado
para protegerlo con total supremacía
siendo parte tu confortable compañía.
Estoy tan feliz… ¡aceptaste mi amor!
Tú eres ama y dueña de mi corazón,
me amas con tanto amor y afición
que yo quisiera abrazarte y besarte
y decirte que “TE AMO” a cada instante.
Quisiera pasear tomado de tu mano,
sentarme contigo a ver las estrellas
y que el enorme cielo sólo sea azul
y cuando yo te vea, me sonrías tú.
Quizás no tengas alas, ni aureola,
pero para mí, eres y serás un ángel
quien me permitió ser parte de su vida
con un beso y una agradable acogida.
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