Ay novia de tiempos idos
que nunca pude tenerte
siento el pecho adolorido
porque ayer supe tu muerte.
(Alejandro J. Díaz Valero)
Recordando años pasados
cuando estaba adolescente
andaba alegre y sonriente
con cara de enamorado.
El tiempo nos ha cambiado
ya no son tan coloridos
pues llegaron los olvidos
dejándonos cicatrices,
ya no somos aprendices,
ay novia de tiempos idos.
Tantos momentos vividos
tantos sueños inocentes
se los llevó la corriente;
se fueron cual soplidos…
Quedamos amanecidos
trasnochados, como inertes,
y como dejé de verte
me quedó solo el deseo
y el terrible martilleo
que nunca pude tenerte.
El recuerdo me entristece
y ahora calmo y sereno
lo comento y no me apeno
que si el recuerdo aparece
da la impresión que florece;
es campo reverdecido
que luce resplandecido
después de varias tormentas;
y entonces sin darme cuenta
siento el pecho adolorido.
Todo quedó en el pasado
aunque a veces se presenta;
y en la mente se acrecienta
por el recuerdo empujado.
Ese amor es tan sagrado,
en tesoro se convierte
y sincero quiero serte
y en nombre de esta amistad
te he llorado de verdad
porque ayer supe tu muerte.
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