Deep Purple

Maniático.




Suelo peinarme con los dedos,
arrancarme los cabellos.

Estirarlos, atraparlos en un alarido,
quebrarlos, en tiras sobre el cuello
embutido a mi espalda.

Suelo sonreír con los ojos,
barriendo de basura
el horizonte
acaparado del cielo drogado.

Mentir en mi adicción,
entre las manos
que inyectan monedas
sobre el cartel
muestrario de dolencias.

Mentirle a la vida, a la muerte,
con mi paso anclado,
en el pecho inerte;
billetes milagrosos
me roban el aliento, el estomago,
mi esófago grita, amar la caridad.

Maniático quizás, psicópata tal vez,
suelo arrancarme los dedos,
y en pulgares
mostrarles al cielo
el dedo índice de la humildad,
saturando el diócesis,
entre las miradas acrecidas por mi voluntad.

Quizás, no egocéntrico,
sólo estúpido de la banalidad,
mi estereotipo de esquizofrénico,
me regala obsequios
y manos altaneras de crueldad,
el cerrojo siempre apunta a mi privacidad,
y a las siete de la mañana
toca la limpieza total.

Y, de nuevo tirado en la calle,
atorado entre cartones,
me peino con los dientes,
entre las rocas,
destilo mi sonrisa,
y en la luz
me muero
masticando los dedos,
en penumbra; SOLEDAD.....

Maniático me gritan de nuevo, ¡maniático!
Sonrío con la cara de tonto,
sin oídos, sin ojos, ni boca,
sigo dando escupitajos
a las efemérides
atoradas en rastros
leyes sobre la realidad,
escupitajos entre cabellos,
rocas de nuevo me escupen,
en el orgasmo de la locura. 





Autoplagio neuronal.