HIEDRA MARCHITA
No todas las veces
la hiedra presenta
su mejor aspecto,
su color negruzco
hace que refleje
sabores amargos
que se van sorbiendo,
matando ilusiones,
cargando recuerdos
rompiéndole el alma
a quien no se ha muerto.
No es la hiedra fresca
que adorna paredes
rodeando macetas
en abrazo dulce,
mezclando su fronda
creando la belleza.
Estas hojas tristes,
estas hojas secas,
me han ido envolviendo
dejándome presa
toda la entelequia,
así no vislumbro
esa puerta inmensa,
que me daba el aire
libertad suprema.
Yace en las esquinas
de la urbana selva
me oprime, me abusa
y me desconcierta
porque aún no llego
a estar cerca de ella,
las fuerzas no existen
para darle el frente
y volverla añicos
para que más nunca
abrace a una piedra.
Tú el vil yerbajo
que no conocía
siempre te vi fresca,
nunca imaginé
perdieras tu forma,
tu brillo y belleza,
me has ido matando
con tus intensiones
con tu desconfianza,
con tus falsedades
porque sólo en mente
tienes intereses.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.