El asilo, ancianos,
miro allá fuera
la pared de mármol.
Sobre la quietud,
velas calladas
el tiempo que, quema.
Un cielo hecho polvo,
los retratos ahogados
silencio en retazos.
La vida; ¡Mi vida! (Respirando)
Cantando; contando,
la soledad en recintos
un ave volando.
¡La muerte cazador del aliento!
El futuro; ¿El hoy? ¡Ayer! (Manchado)
Morando; mirando,
las penas gélidas
la puerta quebrada.
Yerta; el llanto,
las rosas; las risas.
Bajo el cuadro
el vacío callado
como bocas
al abrazo extirpado.
No queda nada,
los niños; mis hijos.
Padres, adultos.
La muralla alba como mi arrullo.
La soledad que siempre habla;
una lágrima amarga. -Ahogada-
Pablo...