Gracias Señor por dejarme vivir
Gracias por sacarme del oyó
El de las depresiones del sentir,
Habito en la senda del mal rollo
Es tan difícil vivir y convivir
Que el cerco se estrecha
Y te deja sin gozar del elixir
Que la hipotética da, brecha
¿Dónde está la solución?
Yo me encuentro perdido
En lo alto del escalón,
Mármol de buen granito,
Muerte sin solución
Flores que se marchitan
En dos días en el panteón
Donde reposan y levitan,
Los gusanos que serán polvo
En mi putrefacto cuerpo
Siempre escribo dolor
Pero es la verdad, por supuesto
Solo me quedan ánimos del sol,
Que traspasa la puerta de mi féretro
¡Ya soy muerte, alma de Dios!
Que ha ascendido al limbo,
A depurar por los pecados
Que mi jefe Modesto,
En las rutas de invisibles soplos
Cayó, miles de veces en su pasado,
¡¡Dios perdóname mis embrollos!!
Fui pecador y también soldado,
Pescador en buenos tiempos,
Que con mis horas se han esfumado,
¡Gracias Señor por dejarme vivir!
En este mundo de pecado,
Que solo cuando vemos el sufrir
Nos acordamos de ti, lo más sano.
¡¡El duelo por los seres humanos, es un dolor que sufrimos todos por igual, toca el piano con sus teclas del adiós!!
Modesto Ruiz Martínez / sábado, 25 de febrero de 2012