“Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza”.
Silvio Rodríguez
Encontré un ángel
a mitad del camino
de esta derrotada,
ya mi vida,
y al posarse derritió la nieve
espanto las tristezas
los olvidos.
Su aliento
fue huracán
que se llevo
lo amargo
y dejo lo bello,
la niebla que en a mis labios helaba
resulto ser fuego,
destellos de luz,
saboreé el universo,
se alejo la lluvia,
apareció el alba,
en medio de la oscuridad,
se escaparon las negras nubes
broto un arco iris
dulces como sus labios.
¡Ay! de las luces encontradas,
desvelos de amaneceres,
migajas del placer repartidas,
cicatrices ya inertes,
cantando a desaires
lo perdido.
Ángel que estragos dejaste
haz pintado los temores de esperanzas
como sueños que se van y vienen
sin rumbos ni caminos
nada los detiene.
Este ángel
a su paso….
alejo las melancolías de lo vivido,
con temores
que jamás enfrente.
¿Grite por qué la prisa?
Aún hay amor.
Más un silencio como abismo dejo,
alzo el vuelo.
Ángel en la lluvia,
inerte quedaste,
me crecieron las dudas,
sembraste mil sospechas.
¿Por qué corres, si no existe apuro?
Al final se trata del camino.