Oh mi Señor,
cuánto me arrepiento,
de ser quien he sido,
hasta este momento,
cuánto siento,
el darle tantas vueltas
a mis problemas,
sabiendo que TÚ eres el único
que me puede ayudar a resolverlos...
Te he prometido tantas veces,
el portarme bien, el hablar contigo
todos los días, dejarme guiar
por tu sabia y sagrada palabra
y simplemente no lo estoy haciendo...
Sigo cometiendo imprudencias,
que luego terminan
por afligirme en gran manera,
y por eso me pregunto,
¿cuando aprenderé
que debo escucharte?
Oh Señor mío,
necesito reivindicarme contigo,
reconozco que te necesito,
y que sin ti a mi lado,
nada soy y nada puedo hacer...
Devuelveme la gracia
con la que me cubriste
cuando te acepté,
apiádate de mi espíritu y alma,
me siento tan perdida,
sin fuerzas y sin ganas de nada,
lo único que quiero,
es esconderme
bajo la sombra de tus alas...
Necesito de tu sabiduría,
para enfrentarme al enemigo
que me quiere ver derrotada...
Liberame de ésta carga
tan pesada, ya no soporto más
el sentirme tan sucia
y con mi espíritu tan manchado
a causa del pecado...
Escucha Señor mi silencio,
mi pensamiento te grita
que te necesito, mis ojos son
como un pozo sin fondo,
oscuro y tenebroso...
No me siento digna
de digirte mi oración y mi plegaria,
ni de permanecer
en tu hermosa presencia,
más aún me atrevo
porque yo sé que eres
un Dios lleno de amor y bueno,
y confío tanto en ti
y en tus promesas,
que poco a poco puedo sentir
tu abrazo y un alivio
para mi entristecido corazón...
¡Gracias Padre mío!
por escuchar con atención
mis penas y por perdonar
con toda tu misericordia
y llenarme de tanto amor,
mi pecador corazón!
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©2012 Marcela Murillo
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