Me enseñaste a escuchar el silencio
Me enseñaste a la caricia infinita
De tus ojos, de tus manos
De tu boca, de tu aliento
Me enseñaste a escuchar el viento
A oler el aroma del desierto
A cabalgar sobre las olas
Unidos en nuestros pensamientos
La caricia de tus ojos
Me aceleraba por dentro
Igual que tus manos
Al acariciar mi cuerpo
Me enseñaste muchas cosas
Que aún recuerdo
Pero hubo alguna cosa
Que se quedó en el tintero
Se te olvidó enseñarme a olvidar,
A olvidar tus caricias
Tus besos
El vacío de tu cuerpo en la cama
Y el sentir en mi cuello tu aliento