José Plou Galindo

SENTADA EN MIS RODILLAS

Sentada en mis rodillas

y a mi cuello abrazada;

se ha detenido el tiempo,

la palabra, dormita silenciosa,

el pensamiento inmóvil

no se ocupa de nada,

los oídos, ignoran el sonido

de quien murmura o grita.

La cabeza en el hombro,

resolviendo los dilemas,

evadiendo los conflictos,

mi boca, susurrándote al oído

uno de mis poemas...

te amaré esta noche

que es joven todavía.

 

Sentada a media luz

en mi rodilla,

una sonrisa tenue y luminosa

como las alas de una mariposa,

se reclinó en mi hombro

su mejilla se abandonó

inmóvil, silenciosa.

 

Se me quedó dormida

como una niña buena,

aunque mujer eterna,

en tiempo apasionada,

hoy fágil y tierna.

 

No me quise mover

por no alterarla,

y dejé transcurrir

el tiempo lento,

conteniendo el aliento

con el temor

de que hasta el pensamiento

pudiera, al agitarse,

despertarla,

destruyendo la magia del momento.

 

Y así quedó, colgada de mi cuello,

dormida profundamente en mí,

sin dudas y sin prisa,

sus respiros refrenaban brisa;

y al fin, acariciando su cabello,

hice anidar mi beso en su sonrisa

J.Plou