Y me hablas de libertad
con la voz de la ruindad;
y me llevas de la mano…
arrastrando,
y me pierdes en tu mundo…
de traición.
Vendes pena y muerte,
sólo miseria, solo reproches;
toda tu vida en el espejo roto
de tus sueños podridos.
Y hablas de libertad,
a quién sólo esclavo de ilusiones es;
a quién calla y se emociona
con una sonrisa apenas imaginada;
con un beso en la mejilla,
con un abrazo callado y fuerte;
aquél a quién la palabra perdón
no le hace daño y lo engrandece.
Hablas de libertad,
bañando tus palabras
- ruines y cobardes-
en la maldad de tu saña.
Hablas de libertad
cuando deberías callar
para comenzar a conocerla.
(Jpellicer)