Cristales rotos

soledad

 

Fuimos caminos encontrados

y como todo azar

se bifurcaron rasgando,

rompiendo, alejándose.

 

Tu madurez

que te permite ser libre,

andar a solas,

comenzar de nuevo

casi sin desgarrarte.

Mi juventud,

mi inexperiencia,

mi andadura temprana

y a destiempo,

que me hace dudar,

dudarme,

interrumpirme.

 

Me diste de todo:

amor, ternura,

refugio; apenas

una mirada que quería

ser reproche,

pero,

yo necesitaba tiempo.

 

Y me lo diste,

para el trabajo,

para el esfuerzo,

para contarme cosas,

no para sentirme.

 

Te me diste a tu manera,

te quise como supe,

y, ¿dónde el encuentro?

¿qué realidad acunabas?.

Mecías tus propios sueños

y me querías despierta;

dormías tus propias lunas,

mi canto no amanecía

sino a la par de mi tristeza.

 

He florecido a tu sombra,

a orillas de tu sonrisa

y te me escapabas.

Ya me has soltado la mano

de tantos caminos.

Te irás sin conocerme,

eso me apena,

me hiere

y sangro.

 

Cuantas veces me has mirado:

ausente, adivinando mi sueño

y no supe nada de ti

sobre mi.

 

Sigo siendo misterio

desde ti, para mí.