Mi alma adormecida,
Por el dolor y el estrés,
Me carcomió hasta los huesos,
Más la carga, que llevaba en mi espalda,
Ya no podía soportar.
Caí rendida, pise fondo, sollozando,
Sabía que él, no me había abandonado,
Era solo yo, quien me había alejado,
Inmersa en este mundo de dolor.
Más en un sueño, él me visito,
Me dijo, hija mía, aquí estoy,
Déjame, a mí…
Llevar por ti, esa carga tan pesada,
Y mi Héroe, él se transformo.
Abrí mis ojos, ya no estaba,
Ese peso, esa carga, en mi alma…
Me hizo ver y sentir, las cosas bellas de la vida,
Confirmo que nunca, Él me había abandonado,
Siempre camino junto a mí.
Quise hacer las cosas bien,
Me dio un nuevo rumbo,
Pero, como humana caí, volví a tropezar,
Y para colmo, me enamore de un humano,
Al cual le entregue mi alma, y mi vida entera.
Mi alma quedo vacía, en esta vida,
Llena de melancolías, sin el amor de aquel,
Más me di cuenta, que a Dios, volví a dejar de lado,
Siendo, que el amor magnificado,
Debe ser, solo para Él.
Tropecé, pero el siempre, me tendió su mano,
En el más oscuro de los mares,
Sumergida me encontró,
Pero me tomo entre sus brazos,
Y la calma, a mi pobre alma, al fin llego...
Me quede acurrucada,
Hasta que mis tristezas, él se llevo,
El Dios del cielo, es mi Héroe,
Es el único, que me ha Salvado,
Y me ha dado la esperanza,
De un mañana junto a él.
Dime querido amigo…
¿Quién es tu héroe?