Mucha veces me desvisto de palabra
sólo para escucharme cuando callas
y vestir de azul la tenue sala
en que se ven nuestras miradas.
A veces te arranco el tiempo
y te colmo con mis ganas, con mis besos,
te cambio tus minutos por mi cielo
y recorro de a poco tu espacio entero.
Ya la mañana se tiñe de tus ojos
cada vez que me miras mirar tranquilo
tu cara y labios, tu cabello y tus labios
y mi vida y mis deseos y tus labios.