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En tus brazos lejanos encontré el consuelo
que mis pies cansados me pedían,
y aunque esta distancia arremeta como una tormenta feroz
este puro sentimiento,
la ilusión se mantiene firme
mientras tu mirada la vigila…
Sembraste en este corazón una flor llamada esperanza y
no hay tormenta ni distancia que la puedan marchitar
si tu voz la cuida…
Niña, no existe la distancia si la esperanza es infinita…
Tantas veces navegué por rumbos desconocidos
y cuántas, naufragué por mares, confundido…
Pero hoy, niña,
Encontré en tus ojos el puerto donde anclar,
en tus ojos hallé la paz que perdí en el mar…
Por eso niña, la distancia se vuelve amiga
cuando tengo que imaginar…cuando tengo que caminar…
Y en este peregrinar… tu sonrisa es mi norte
por el que me tengo que guiar…
Niña…
La distancia ya no importa si tu corazón late como el mío,
La lejanía es olvido cuando cierro los ojos y estas conmigo,
Ya nada importa si tus ojos brillan hacia los míos,
Nada importa…si hallarte fue mi destino y
aunque tu cuerpo reclame por el mío,
la esperanza es la que me mantiene vivo…