¿Sabes qué?
Mis lágrimas han llegado a su fin.
Sé que no es bueno,
pero no es malo también.
Hay veces que ganas de llorar,
Quiero liberar mi dolor a la vez.
Veo mi rostro,
mi sonrisa, mis ojos,
que son tan fríos como un día de helada.
Y no me importa lo que digan,
a veces incluso las lágrimas no pueden expresarse.
No puedo llorar más,
pero no me importa.
Mi alma está llena de hermosos días soleados.