carminha nieves

AL CORRER DE LA PLUMA

 

 

 

     Siempre pensamos, en nuestro cumpleaños, que tenemos menos un año de vida.

Olvidamos, los que ya no los cumplen, ya se murieran.

Ni paramos para pensar, que cada Amigo, o Ente querido que se marcha, nos lleva un poco o bastante de nuestra vida.

Por veces, ni llorar conseguimos, llora el corazon, no se ve, se siente, pensamos si fuimos  lo que debíamos haber sido para ellos.

Y casi siempre, hay remordimiento, por no haber ido a visitarlos, a llamar por teléfono, a  hacer un poco de compañía, o porque hacia mal tiempo, o por pereza, por cosas que sin importancia, al quedarnos sin ellos  nos hacen meditar, que quizás fuimos un poco egoístas.

La vida…. ¡Es tremenda!  Siempre muy corta, siempre corriendo, siempre sin tiempo, al final, no es así. Somos nosotros que  la estropeamos, que no la dejamos pasar de espacio, que no la apreciamos, queremos ser  un año en uno día.

¿Y para qué? Para no dar tiempo al tiempo, usarla para tener y pasar malos ratos, no gozar de la maravilla de estar viva y con salud.

Nunca  nos podemos olvidar que a la vuelta de una esquina, nos coge la desgracia de una enfermedad, de un susto, de un dolor.

Sé que para mí es tarde para cambiar lo que no aproveché, pero aun puedo coger unas migajas o sobras de lo que ya no vuelve; (El tiempo.)

No voy a correr, ni a querer todo de una vez,  solo vivir cada día, con todo lo que tenga, lagrimas, carcajadas, amor, cariño, disgustos, todo de bueno y malo. Sin vergüenza, sin esconderme, voy a demonstrar a los demás, como se puede amar, como nos queremos, me voy a entregar en tus manos, lloraremos juntos, sufriremos, seremos una sola vida´

Ayer, triste, te he mandado un mensaje, había muerto un amigo de corazon, lo conocías,  te lo había presentado cuando me vino a visitar, hace un año, quedaste triste, me he dado cuenta.

Durante el día, no me dejaste sola, un mensaje de vez en cuando. Y  después de cenar viniste a buscarme para ir a tomar un café, estaba sin cenar, disgustada, no he conseguido comer, por el disgusto de haber quedado sin mi amigo.

Hiciste un montón de kilómetros, después de un día de trabajo cansado, me hiciste sonreír, tu mano siempre en la mía, me acariciabas  muy leve como una pluma mis espaldas, todo hiciste para que comiera una tostada y café con leche.

Por casualidad estábamos en la cafetería donde conociste a mi amigo y lo digo con sinceridad, estábamos en la terraza sentados, pero tuve la impresión que en la mesa estaba mi amigo con nosotros.

Por terquedad y celos, no puedes estar en mi casa, me besaste, y abrazaste fuera. Y te fuiste a casa. ¡Esto es la vida! De todo un poco, de nada ¡todo!

Así viviré, hasta poder vivir contigo, aprovechar los segundos todos contigo y el mañana  es nuestro, así lo quiera Dios.

Carminha Nieves