Fustigando la palabra,
el mortal fuego de piel
en el filo deseoso,
sabiendo morir tras el
muro de tus negros ojos.
Brutalmente agresivo,
tu pelo desencadena una tempestad,
en el alma fortuita del que no
sabe de tu facilidad de amar.
Fragancia irrefutable que
se desprende de tus encantadores lazos,
que unen tu cuerpo a la naturaleza.
Bestialmente tus senos pulposos
como botones en abril,
se estremecen al compás rítmico,
de los latidos de tu urgencia de amar.
Sutil vergüenza la que sientes
al contemplarte en el espejo,
saber cuan hermosa eres,
subyugando hasta el agua que bebes.
Sabor dulce en el tenue trazo
de tus labios palpitantes,
sostienes la vida
con tan solo un gesto
de tus perfectas manos.
Estrecha la cintura,
perfecta figura,
pensamiento arrollador,
confundida con la naturaleza,
amor al hombro,
conmigo siempre serás.
Reservados todos los derechos de autor:
Carlos Dos Santos Daniel