Cada vez estoy más lejos de aquellas hipotéticas cosquillas
que hacen caminar hasta a los niños y ancianos mas perezosos,
de la matemática que codifica al universo colmándolo de belleza,
de mi cama que ya no tiene potestad mas allá de los sueños.
Cada vez más lejos de todo, de lo que viene y se larga sin más,
de ese último aleteo inédito…
Me quedo con el ánima anestesiada e invadida por las moscas,
enranciados los sueños, la muerte, el recuerdo, ¡la vida!
Pero no tus ojos exquisitos en su propia prosa censurada
ni tu olor que sabe a historia aunque tú no deberías saberlo.