Usted conoce todos los caminos de mi hambre
mi cuerpo está abierto al mando de su infierno.
Cerrando tras de mí la puerta
estamos solo su deseo y yo
sin retorno.
Mi boca ansía y teme,
pero sin reparos,
sin mesura
rendida una vez más estoy
al afán de sus exigencias.
Las amarras, son veneno lento
que en su deleite me llevan
y voy vaciándome sobre su lecho
gota a gota.
LIBERTAD MANQUE.