Han pasado días esperándola, buscándola,
pero sigue ausente, estando tan cerca,
la siento tan lejos.
Mi mejor amiga, mi confidente, mi todo,
simplemente sigue sin estar,
me abrazó y me dejo solo.
Las noches son eternas al no poder dormir,
la busco a mi lado en este insomnio,
pero duerme y no la quiero despertar.
La cama no me da el confort que necesito,
tomo agua, esperando que al beberla, se lleve
algo de mi tristeza con ella, pero no es así.
Busco que el sillón me abrace, pero también es indiferente.
Vuelvo a la cama, cambio de postura cien veces buscando comodidad, pero nada.
Finalmente y sin darme cuenta, el cansancio me
venció y caigo en un sueño profundo del cual no quisiera despertar.
Oigo a lo lejos el sonar del despertar,
no quiero hacerle caso, quiero ignorarlo,
pero no lo consigo y nuevamente estoy despierto,
sin nadie con quien hablar.
Han pasado días esperándola, buscándola,
pero sigue ausente, estando tan cerca,
la siento tan lejos.
Mi mejor amiga, mi confidente, mi todo,
simplemente sigue sin estar,
me soltó la mano, me dejo solo.
¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no puede estar aquí?
Miro las horas del día pasar,
el tiempo pasa eterno muy a mi pesar,
nadie puede comprenderme mas que ella
y yo, me siento solo
con el cansancio acumulado de la noche
en vela intento estudiar
pero no puedo dejar de pensar
no puedo de dejar de pensar en la distancia, el tiempo y la velocidad.
No se cuanto tiempo podré aguantar sin verla,
no se cuanto tiempo tendrá que pasar antes de que me vuelva loco.
Voy en vano a mi cama de nuevo intentando descansar,
pero sin consuelo posible y la música melancólica vuelvo a recordar.
Hecho por: Guillermo Santiago y Carlos Gómez en conjunto en un poema fusionado, terminado el 25-feb-2012 y publicado por los dos en poemas-del-alma.com