y… hablando de tantas cosas
de tu cuerpo de mis manos
de mirarte sin medida
cuando una sombra en tu espalda
te recorre como araña
y… hablando de tantas cosas
cuando estamos en la nada
y reconoces mi voz
como un susurro en la almohada
…entonces.
Sólo entonces comprendo todo
lo que valen tus deseos
tus blandos y tibios senos
tus besos tus labios secos
comprendo la noche aquella
aquella noche lunada
-aquella-
Sólo aquella en que fuimos en la cama
un interminable encuentro
por eso
hablando de tantas cosas
aún el tiempo era nuestro
porque pasaron las horas
entre tu cuerpo y mis manos
entre tu beso y mi boca.