joaquin Méndez

Amada mía cuando me leas, por favor dime algo, que estaré esperando tu respuesta, a corazón abierto.

Esta carta es para ti mi niña mimada, pues tu eres  mi locura mi pasión mi esperanza de amar

Tu eres eso,  mi amor divino,  un amor que me mata, pero que no encuentro la manera, de entregártelo para llenarte de  abundancia,   tengo para ti, tanto guardado, que te asustarías al ver tanto amor junto.   ¿Qué te parece si te digo que  te Extraño tanto, que   añoro tus besos, esos besos que nunca me distes y que no se si me darás.


Extraño tanto  tus dulces labios, esos labios que nunca, ni tan siquiera  me rozaron pero que yo los saboreo en la distancia en el tiempo y en mis sueños.


Extraño tanto el calor de tu bello cuerpo,  las caricias de tus suaves dedos, el susurro de  tu angelical voz y la dureza de tus pujantes y sabrosos pechos.


Cuanto daría por estar contigo  a tu lado,  y tenerte entre mis brazos, hacerte el amor con toda la pasión que  este  amor despierte en mi corazón.


 Te haría el amor con la suavidad de la brisa marina y la fuerza de un huracán, con la ternura de un ángel y el ímpetu de tsunami, con la convicción de que te sentirías plenamente feliz entre mis brazos..

  

Cuídate mi princesa,  y espera mis caricias y mis besos,  que te llegaran con el viento de la clara noche. Abriré mi ventana y te enviare  toda mi ternura,  y mil besos, para  que cubran tu suave piel, como el mar cubre la arena de la playa.


 Amor mio te amo, y te deseo, como el niño desea el calor de la madre,  como el rio ama  a la lluvia, como el océano a los ríos, como las flores a la primavera.


Quiero estar  a tu  lado sentir tu calor tu respirar, las caricias de tus delicadas  y cálidas manos, sentir como me miras, como me deseas, sentir la presión de tus brazos al abrazarme, escuchar  tu voz diciéndome  te amo, ¡¡te amo!! Como loca, como una demente, loca pero de amor.


Y Que mis besos te eleven,  una y otra vez a lo mas alto del paraíso, que te sientas querida y mimada que mi amor te cubra como la niebla cubre  las noches de invierno, que sientas como mis labios  te van acariciando  como pétalos de rosas, que mis manos sean el bálsamo para la relajación de tu alma, que te sientas como en un mundo mágico pues mágico es este amor.

 

 

Amada mía cuando me leas,  por favor dime algo,  que estaré esperando tu respuesta,  a corazón abierto.


No dejes de decirme al menos que te gusto leerme.  Ojala y tú supieras que esta necesidad eres tú mi bien amada.


Autor Joaquín Méndez.

Derechos reservados.  03/03/2012.