La ventisca va llevando esencia sutil de azahar
Lo siento en mi rostro como un beso suabe
Y en su eco escucho el cantar de una alondra.
En una tarde soleada empezó a caer un rocio,
Y en la orrilla de un río apareció el arco iris
A calmar su sed.
Mientras escribo estas estrofas
Mis ojos se llenan de lágrimas y
Quisiera estar dentro del pensamiento
De aquel que rompió mi corazón
Para que sea testigo
Del gran dolor que me causo.
Lo bueno es que me miré
Y senti el resplandor de la esperanza
para seguir mi camino sin odio ni rencor,
y mi fortaleza la razón de volver al amor.
De que sirve llorar por alguien que nunca me valoró
Mejor dar la vuelta a la página,
Para que el tiempo cicatrice la herida
De ese mendigo amor.
Rusita