Cuarzo...concedeme un rincón dentro de tu espacio:
quiebrate preciso, ajustate a medidas
y amame para que comprenda.
Sé cristalino; por ti, me dejo amar despacio.
Como maleable estaño me permito,
maneras polivalentes.
Y como un tucán prendido del colorido
de selváticos ambientes,
me deformo con la creación,
me instruyo al oir su canción,
y, como señuelo anido.
Que se inunde mi isla de tus mareas
vuélquense tus minerales sobre mi vida.
Océano que, entre susurros bañas mis entrañas,
que salpicas sonidos para que mi habla aprenda a decir;
desde el corazón hasta mi garganta.
Como una ola mi voz,
como un arrecife mi respiración,
mi escucha es bahia
y se acuesta decidida entre las rocas y aristas;
reconoce y vadea la realidad
y extrae los frutos de la imaginaria.
Jamás me fui,
estuve y estoy...¡y estaré!
En esa matriz que visiona el sendero, y a su vez
es umbral, seguro de meta.
Y con su luz le proporciona hasta al paso incierto,
incluso en casorio con muerte: templanza.
318-omu G.S. (BCN-2012)