Es un deseo querer cambiar el mundo
y lo tomamos como una meta para poder avanzar
para poder soñar, y llevar consigo esta realidad
que nos sumerge, y nos somete;
a las normas marcadas del pensamiento, de un razonamiento
qué forma parte de nuestro convivir diario.
Pero el tiempo pasa y las horas se consumen,
nuestras ideas se trastornan, y los hechos cambian
estáticos estamos; mirándonos a ese espejo
de injusticia, poder, riquezas, fama y gloria;
sintiéndonos inerte ante lo sucedido,
buscando protección en esa sombra extensa,
sangrando de esta manera las heridas provocadas
por el sistema de cosas que implora en la actualidad,
nada estamos haciendo esa es la realidad;
mientras nos dejamos llevar por ideales formadas
por filosofía humanas
¿y qué es la filosofía del hombre?:
Un engaño, simple estrategia para atar a las sociedades,
es como la nada que se extingue en el vacío,
es así como yo pienso,
y con lo que escribo me siento vivo.
Aunque la alegría me abrase,
sigo consternado por este mundo afligido,
nos encontramos confundidos sin hallar otro camino,
somos títeres de esta cruel realidad, ante la cual no podemos escapar.
En lo mismo estamos en nada hemos cambiado,
mientras los años transcurren
volviendo a la repetida historia de siempre:
Seguimos sin saber cuál es nuestra misión
y en que consiste nuestro arduo trabajo,
seguimos sin entender,
en que se basa el esfuerzo que ha diario hacemos para sobrevivir.