Ceder el paso a su camino
porque de él es regocijo,
serpenteante y seco algunas veces,
húmedo y frío en otros sitios,
exuberante vegetación y frescura intensa,
¿cuántos habrán tomado tu senda?
y no regresaron jamás,
te veo desde lo alto de la colina
y no me atrevo a poseerte.
El viento trae rumores de cosas
bellas, pero también horribles,
yo escucho, no me decido,
¿qué tendrás?
que todos te toman,
cuál secreto bien guardado,
que todos te desean como
a mujer bonita.
He escuchado de ti,
que quién te toma,
no puede dejarte,
que te ha visto dar alegría,
que te han visto mundos terminar y mundos comenzar,
que te han visto perder y ganar batallas,
que te han visto dar sombra a los moribundos,
que te han visto hacer ver al ciego,
que te han visto cobijar a la madre por parir,
que te han visto hacer y deshacer vidas,
que te han visto hacer de bala perdida matando al culpable,
que te han visto hacer de matrona,
que te han visto amar y morir al mismo tiempo,
que te han visto hacer pasar hambre y frio al caminante,
que te han visto llorar, sufrir, soñar,
aún así sigues siendo el mismo
camino de siempre.
Desde lo alto de mi colina,
te observo,
me armo de valor
y otras cosas,
y te tomo…
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Carlos Dos Santos Daniel