Otra noche sin poder dormir
porque tú no estás a mi lado
y siento como si me fuera a morir
como si las agujas se hubieran parado.
Ojalá se parasen entonces
cuando yo te tenía en mis brazos
y devorábamos nuestras carnes
como dos animales feroces.
Cuando buscábamos nuestros labios
en la más estricta oscuridad
y ni los hombres más sabios
podrían ese momento explicar.
Cuando en mí clavabas tu mirada
que no querías apartar por nada
y mientras en tu pupila me perdía
mi cuerpo entero se derretía.
Entonces…
…Cuando acariciaba tu piel
y ya nada más existía.
Recuerdos que noto como hiel,
y siento mi vida vacía.
A veces, me despierto por las noches
y busco desesperada tu mano:
Malditas sean mis ilusiones
que sólo las tengo en vano.
Y ahora, en una cama permanezco
dudando que sea la mía,
y si ante esta soledad envejezco
tan sólo espero, que no se haga de día.