-He venido a decirte algo importante.
-¿Qué te pasa? Que tiembla tu mirada.
-Ya tengo un mes que estoy embarazada,
llevo en mi vientre luz, vendrá un infante.
-¿Pero como es posible? Si durante
mucho tiempo que estás planificada,
pensé que nunca pasaría nada.
-Pensaste mal, el riesgo está constante.
-No estoy en condición de ser un padre,
mas él no tiene culpa del error,
por eso les prometo mi cobijo.
-Me daré sin reservas como madre,
y así cuidar el fruto de este amor:
la bendición de procrear un hijo.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.