Que todos callen, por favor,
que esas lágrimas están demás,
que se escuche la canción del universo,
no quiero sentir la miseria en la sangre
de saber que ya no existe lo nuestro,
que todo fue un saludo y nada más
como se pierden los amores de nadie.
Que lloren ahora los girasoles,
que se olviden de mí todas las estrellas,
no habrá noche que sin querer la recuerde
como el más puro de los amores
que solamente me pudo dar ella.
Aquí le dejo mi desespero amargo,
pero sé que el amanecer llegará,
tal vez después de algunas copas
de ti, amor eterno, me pueda olvidar
aunque sin ti será demasiado largo
el recuerdo más hermoso que no morirá
lo dibujo en los versos de esta copla
¡no lloren! que algún día volverá