Si me quedo aquí
en un rincón del sueño,
enredándome en ti
arropada en deseos...
se me irá rompiendo
despacio la mirada
herida de inviernos,
de ti enamorada.
Cruzaré el atardecer
que suspira en torno a mí,
deshojando la ilusión
que no llegó a existir.
Porque fuiste mío
rozando la noche,
aquí, aquí conmigo
envolviste mi nombre;
en una caricia perdida
en un te quiero soñado,
que esperándote se hacía
murmullo entre mis labios.
Niño... yo estuve allí,
con ternura en la mirada,
pero al sentirte me escondí
tras un manto de palabras...
que han quedado a la sombra
de un sentimiento sincero,
si aún tiembla en mi boca
la fantasía de un beso...
si aún te pienso sola
abrazándome al silencio...
de las lágrimas en prosa
que consumen este fuego.
Si me quedo... otra vez aquí
detenida en un pedazo de cielo,
ya no voy a querer a huir
del llanto suave de aquel cello...
(...en mi noche más oscura
se irán apagando sus notas...)
desgarrándome el corazón...
desangrandome los versos...
despertando por ti este amor,
con vírgenes caricias en mi pecho.
Quisiera recordar como era yo
antes de conocerte...
como se contempla el mar azul
sin esa melodía en mi mente...
que me ha visto llorar,
recordar tu sonrisa de nieve,
allí dejaré mis ganas de amar
y te tendré conmigo por siempre.
Me quedaré dibujando estrellas
hasta poderme asegurar
que si voy a perderte
ya no vuelvas más.
Ceci Ailín