Amanecí enredado en la confusión de un sueño roto,
miraba por la ventana de mi alma la calamidad de mi alboroto,
el sol naciente de la alegría derretía la dureza de mi vida
y un gran alud de nieve por la montaña sucumbía.
Un pájaro áureo apareció y me explico todo, me contó que el amor llega al más inaudito fondo, que en la naturaleza el amor siempre reina, que ni la más dura nieve para el amor es barrera, que ni las más grandes montañas alejadas y en tinieblas pueden resistir la mirada de una princesa.