joaquin Méndez

Ay, amor, amor, amor.

Ay, amor, amor, amor.

Tú que eres mi delirio

Deja de darme martirios

Que me estas volviendo

Obseso,  mátame dándome beso

Que así moriré mejor.

 

Tú que eres, el amor, mio,

 Vente a la orilla del rio

Que te llenare de besos

Y  quiero hacerte el amor.

 

Bajo el brillo de tus ojos

En esta noche sin estrella

Sigues siendo la más bella

Que en mi vida se cruzo.

 

Lo intente una y mil veces

 Mas siempre dijo que no,

 Y mientras más me encendía

Más tozuda se ponía.

 

Con voz de cien querubines

Y el perfume de una flor

Me dijo mientras temblaba

De deseo y de pasión.

 

-¿No sabes? tú  que estoy casada

Me tienes desesperada,,

Y Por mucho que lo desee

Debo decirte que no.                                              

 

Aunque me muera de ganas 

No debo hacerlo contigo

 Pues ya tengo a mi marido

 Que no quiero traicionar.

 

Acosada por mis beso

Y mis caricias de mil

Se asió con furia a mi cuello

Soltó al viento sus cabellos

Ruborizada de amor.

 

Mientras su boca decía

-Esta noche estoy perdida

Pero quiero disfrutar

Este amor desesperado

Que con ternura me das.

 

Rugió lo mismo que el viento

Que lleva la tramontana,

Se afianzo a mí con más ganas

Y un grito de amor soltó.

 

Y allí en la orilla del rio

Entre, el calor y el frio

afaresnetico Le di  lo mio,

 Y los dos gritamos de amor.

 

A la vera   de aquel rio

Sobre la hierba mojada

Se entrego con tantas ganas,

Que yo le jure mi amor.

 

Autor, Joaquín Méndez

Reservados los derechos de autor.

06/03/2012.