Sin duda alguna
Querías bordar en la luna
Un verso con estrellas
Que desde tu lejana mirada infantil
Lo tejías en tus horas de dulce inspiración.
Y el duende de la noche,
Ese que se encarga de inspirar a los poetas
Desde ya se sentía tu protector y amigo.
Creciste en verso
Soñaste en rima
Tu vida fue y es
Una bella poesía.
Quienes te leen se sienten dueñas de tus poemas
Y sueñan que son las princesas
A las que les cantas tus versos más finos
Más dulces, más apasionados.
Para mí, tus versos tienen alas
En las que me transporto
Al mundo mágico donde se confunde
La realidad y el sueño que provoca emociones.
Tus poemas de hombre maduro,
De hombre que le da cara a la vida
Siempre armonizándola
Como una perfecta poesía,
Esconden a ese niño inocente y puro
Que sigue cantándole a la vida
Con el dulce instrumento de sus versos.