I
Mi alumno tiene
los ojos en la boca para ver
lo que hay dentro
Y no ve nada
porque nada hay dentro para ver.
II
Pero si hubiera algo…
¿Qué pasaría si hubiera algo?
por ejemplo una bicicleta
o un cadáver
de algún personaje ilustre
digamos, Lautrèamon
¿Pasaría algo?
No pasaría nada.
III
Pero la lejanía
no es menos misteriosa
que el silencio
ni es el silencio
menos tortuoso
que el rumor.
IV
Yo espero otra cosa
de ti, claro
que eres
padre y madre
y amante
y sabes
esperar
no tan lejos
de la meta:
La meta
no es nada
virtuosa
para los pies
sin algo de sangre
para el camino.
V
Por esta razón
dijo Tiresias
-y esto no lo pensó al decir-
Dejarse crecer las uñas
y arrebatarle al niño el vello
que no ha salido:
sombra intrusa en su sombra,
ese niño no te pertenece
¿de dónde lo has sacado?
VI
Huésped ajeno en casa propia,
aún le temes a la pregunta de los pájaros:
Rodear los brazos por detrás de las piernas
para inquirir la posición suicida.
Pero ¿qué es el suicidio sino una muerte ajena?
lejana de las muertes y los muertos
que incendiaron sus manos
a fin de acrisolar las huellas.
Tú, en cambio, te vestiste con sangre
y terminaste bebiéndote porque tenías sed,
heredero de todo jardín perdido
¿Por qué habrían los pájaros de sacarte los ojos
dejándote la herida abierta hasta el desangre?
Ningún suicidio hará
más amplias las puertas de la muerte.
VII
Ahora
el estrellato del niño
que sujeta
su niñez
con las antiguas
manos
de muñeco.
Ahora
todo, dice,
y basta el tiempo para
rascarse la cabeza
y ver de cerca
el fuego
premiado por la lluvia,
las frías hojarascas
cantando
en los pulmones
de los tejados
después
de un episodio
abrumador.
Pero
más adelante
no sé más adelante
si ron plagiado
o cocaína hirviendo:
Las sombras de la noche
son demasiado
claras para el día.
VIII
Sin embargo el ascenso
es en caída siempre.
El crimen
desgarrado
de otra forma
para el baile
de la fisura en la pared:
esa fisura tiene
adherido mi nombre
en la pared.
IX
Pero mi augurio es otro
Y dejé -como Alicia-
mi anhelo entre las nubes.
Ya no más el jardín
ni las flores
que vieron morir la primavera:
llorar será otro día
morir será otro día,
se acabaron las piedras
y los violadores de tumbas.
Ningún silencio
bajo ningún roce
para ningún delirio.
Todo vuelve a lo efímero
desde la eternidad.
X
Estoy solo.
No tengo a nadie aquí.
Las cosas que tenía por hacer
las he hecho ya.
La casa está vacía,
el equipaje espera
y yo
sinceramente
no deseo volver jamás.