Junta todos mis escritos con tus brazos,
hazles un nudo con tus manos.
Desmenúzalos,
exprímelos y bébetelos.
No me dejes ni un “punto”.
Entiéndelos, róbalos,
y enciérralos al borde de tu alma.
Amárratelos al cuerpo
viértelos en tu sangre,
desgárralos sobre esto.
Guárdalos de memoria,
vuelve a escribirlos
y grítalos a tu alba.
Espárcelos en toda tú.
Guárdame, al final es lo que soy.
No te vallas sin esto que soy.
Mi locura es mía,
si te me adhieres
puedo cerrarle puerta a mi traición.
Puedo fingir que mi cordura
es todo lo que soy,
que no existe más locura
que el último renglón.