Nunca olvidaré este momento,
demasiado fuertes mis sentimientos.
Es algo que no puedo evitar.
Puedo jurar y perjurar
que te quiero más de lo que te demuestro.
Y quiero verte lo antes posible.
Cada noche te observo en fotos
y me entran ganas de acariciarte.
Te echo mucho de menos...
Y repito que necesito amarte para poder vivir.
Cuánto más tiempo estoy contigo,
más quiero estarlo la próxima vez.
De vez en cuando pasa la estrella de la buena fortuna sobre mí,
y esta vez ocurrió
y ocurrió en grande cuando te conocí.
Eres una de esas personas que nacen muy pocas veces.
Eres un tesoro que no quiero compartir con nadie.
Soy muy egoísta.
Quiero que sólo seas mío.
Quiero que sólo seas para mí.
Tengo en mis manos el privilegio de ser feliz,
y todo es gracias a ti.
Eres un sueño del que no quiero despertar.
¡Te amo!
Es una frase breve,
pero fundamental.
Y si cada vez tengo menos deseos
es porque tú me los vas haciendo realidad.
Y bien sabes que me muero por ti
y que por ti daría la vida.
No pretendo idealizarte,
simplemente eres así:
amable, dulce, cariñoso.
He encontrado en ti cualidades
que nunca antes había visto en nadie.
No hay nadie como tú.
Mi amor hacia ti ocupa todo mi corazón.
No puedo amar a nadie que no seas tú.
Como tú no hay dos.
Mi madre me enseñó
a poner el corazón en lo que hacía,
y a abrírselo a quien se lo merecía.
Cuando te conocí seguí su consejo,
y ahora comprendo mejor por qué me lo decía:
porque deja un dulce sabor en el alma.