carminha nieves

POCO A POCO, SE TERMINA TODO

                                                             

   ¿Para donde fue el sol, la alegría, la esperanza de la gente?

¿Quien ha tapado el futuro?

¿Quien ha dado  tanto miedo, del mañana?

¿Quien ha  quitado los juguetes sencillos a los niños?

¿Quien ha puesto en manos pequeñitas, maquinas  frías, para jugar?

¿Quién quiere terminar con las muñecas?

Qué triste es ver a familias comiendo en restaurantes,  hablando entre ellos, mientras los niños, casi ni comen con sus maquinillas haciendo juegos electrónicos, ausentes de la familia, en un mundo aislado, cuando se marchan para casa,  continúan y después, al ordenador.

¿Qué hicieran de las casitas, que las niñas tenían, con sus trenes de cocina, armarios de ropa de muñecas, los muebles miniaturas, tanta coas bella!

Jugaban, al aire libre, sin paredes, cajitas de música, con bailarinas, balones coloridos volando de mano en mano, el cielo por techo, el arco, el peón con su cuerda , lo cogían en la palma de la mano, los canicas de múltiplos colores,, los soldaditos de plomo, cuanto ha terminado!

Es pena, no podrán tener recuerdos como los de mi generación, serán un poco de humanos y más electrónicos.

No soy contra, si lo soy  cuando es exagerado, a mi ver, tenía que haber un poco de todo.

Si pudiera haría un museo, con los juguetes de antes, eran como nosotros, sencillos  y llenos de ganas de  jugar en grupo.

¿Vos acordáis?

Aun tengo dos planchas, a  carbón, con que planchaba la ropa de mis muñecas.

Quizá, en este mundo de acero, sea mejor, que los niños, no tengan juguetes como antes, así crecerán, más duros, más indiferentes, a lo que pasa a su redor, para qué oír música, suave, mejor la metálica, bien alta, ya se van acostumbrando a los bombardeos, al ruido que hacen, los aviones de guerra.

Cuando no haiga el chirleo de los pájaros, ni el murmurio de las fuentes, ni hojas de arboles cantando, al sabor del viento, ni darán cuenta de nada.

La felicidad, será distinta, a su manera vivirán, quizá ni recuerdos tengan, solamente, maquinas  y  poco más,

Lo bueno es que ya no estaré aquí para verlo, en otra dimensión, que no sé donde, ni como, ni si la hay, andaré, si es que voy andar.

La ignorancia es buena, para qué intentar saber, lo que no comprendemos.

Así, es la evolución, así es, el hombre,  quiere saber más para allá, donde los dioses descansan en sitio ninguno, en el etéreo, inalcanzable.

Solo deseo que, el planeta azul, como llaman a la tierra, no quede ceniza y rojo.

Oporto, 8 de Junio, de 2011

Carminha Nieves