Que descubren tus ojos que no alcanzo a descifrar, son como dos ánforas en medio del desierto, entre el misterio por llenar tu entorno o el vacío que vehemente te seca; conspiras tus reflejos visuales hacia mi, te exponen en la espesura de los demás y la opulencia satírica de algunos. Pocos somos aquellos que cautivos desearíamos olvidarnos del extenuante exterior, para allanar la morada elocuente que brindas. Que será la huida de tus oídos, que buscan mis líneas entre ruidosos locutores, secuaces de terceros, que no somos tú y yo. Seguidores intelectuales de la superficialidad que incineran toda esperanza de apreciar lo inmensurable de la naturaleza; conmigo se ha sumergido el cántaro de tus interrogantes, las mismas que cuestionan mis dudas.
Cínico el horizonte que nos confronta alrededor e incalculables las modalidades para expresarnos, no permitas que las sombras abarquen nuestro entorno, no permitas que la llovizna humedezca tu horizonte, aquellas dunas circundantes que nos separan y a la vez traen consigo la planicie que nos acerca. Quien pudiera deshilar los tejidos de tu mirada, el sedal en donde nuestros extremos sean los mas adyacentes, lo mas equidistante posible a nuestra ilusión; indúceme alguna vez a soñar juntos en un ayer que recordaremos; intuye que el futuro pudiera estar mas cerca de lo que imaginas.
Entretanto camino en el estrecho andar de la incredulidad y la cautela, medido transitar que lentamente trae sus frutos, no es casual este trance que en realidad nunca busque que sucediera. Una vez más ocurren infinitas maravillas con cada amanecer. Es posible que mi arena sea aquella que inundará el reloj para cumplir con el tiempo justo. Declara tú la justicia con la que deseas ser objeto de admiración o motivo de mis alegrías, no soy la manifestación mas precisa para hacerte merecedor de mis deseos; pues anhelo que hoy seas tú el cáliz en donde brindaré por los dos o en donde sabiamente aceptaré tu adiós…
PARC 2012 – miércoles 07-03-2012