Despedida
Deslizaban sé entre si
Las minúsculas partículas de arena,
Su ruido crujiente, se apagaba entre mis pies.
Su calor se opacaba por las cerrazones palmerales.
Que refrescaban mi cuerpo
Del dolor ardiente
De tu cruel pensamiento
Del adiós inminente.
La esperanza de que fueses
Una ola, que va y viene
Siempre diferente.
Embelesaba mi pensamiento.
Pensamiento de egoísmo eterno
Que se mezclaba con el calor interno
De los celos.
Con los rayos abrasantes del enojo
Con la brisa refrescante,
De tu aliento.
Con la humedad lagrimal
De mis ojos taciturnos
Y tu imagen en mi mente
Que saltaba por doquier
Me hizo responder
Que el adiós iba a ser para siempre.
El susurro marítimo, y el vaivén de las olas
Llevaban y traían mis pensamientos.
Produciendo el arrullo de mi cuerpo.
La brisa golpeaba mi rostro irritado por el sol
Entre las olas tu voz
Y en tu voz mi alma.
En el pasado tus ojos
Y en tus ojos mi lagrima
Me llamabas a la profundidad
Del mar o a la tuya acaso,
Me susurrabas, amor
O era un adiós quizás.
Nilo