Con mis dedos entumidos, sangrando entre letras
Llorosos, aniquilados, constipados de sabiduría, llenos de fe
Moviendo los hilos del alma traicionando al ritmo
En contraste con la música del viento, a contraluz
Mordido en la cabeza por el hambre de dios
Que alimento, leña para el fuego del tiempo que soy
No encuentro palabras para las preguntas del diario
(Y no lo entiendo) si son las mismas que se hacen los viejos
¿Dónde está mi café?, ¿Dónde el baño?, ¿Por qué no duermo?
Sé que están ahí a dos o tres copas de mi boca
Porque el licor me dice lo cierto, y lo que mi corazón ignora
Cada mañana me llega una vida nueva que desperdiciar
Con las dudas del mundo que me adueño
Caminando constantemente sin agujero a donde llegar
Durmiendo en las banquetas con la luna y algunos gatos
Compartiendo penas y victorias en el diván del vagabundo
Terapia social de los presos y desencantados
¿ de qu me estoy perdiendo?, ¿ por qué no puedo gritar a desganas?
Con la garganta de mi alma atormentada
Desgarrar el ritmo del tiempo, romper el maldito silencio de un mercado
Y ahí mismo ofrecer mis órganos
( viceras, corazón, buche, y el perfecto de mi cerebro)
¿Qué precio tiene el cielo? ¿Cuál es el de mi cuerpo?
(Objeto devaluado por el mal uso y el mal tiempo)
¿Que gano con estas ofertas? ¿Qué pierdo aquí acostado,
Inventando falacias, utopías e historias de fantasmas?
¿Por qué no tengo fuerzas para levantarme y salir a cazar ratas?